viernes, 31 de agosto de 2007

A propósito de la reelección continua: Dos textos de la literatura bolivariana


J.A. Calzadilla Arreaza

18 agosto 2007

El primer texto es un pasaje del Discurso de Angostura (1819), del Libertador, que ha sido (y seguramente será) utilizado por la reacción para contradecir la prolongación del mandato presidencial:

La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.

[SIMÓN BOLÍVAR, Discurso de Angostura]

¿Bajo qué condiciones piensa Bolívar esta peligrosa “continuación de la autoridad en un mismo individuo”?

a) En ausencia de “repetidas elecciones”

b) Bajo un ejercicio del poder que coloca al pueblo en situación de solamente obedecer y al magistrado en situación de solamente mandar

El hipotético mandatario del pasaje es un individuo que ejerce unidireccionalmente el poder sobre un pueblo que sólo obedece, y logra esta permanencia mediante la ausencia de elecciones repetidas.

Estas dos condiciones, a ojos de Bolívar, configuran una situación de tiranía. Añádase que la tiranía tiene aspiración a la “perpetuidad”.

Pero, si se analiza bien, estas condiciones no se aplican a la Revolución Bolivariana actual:

a) Por la cantidad inagotable de repetidas elecciones

b) Por la estrategia rectora de la transferencia del poder al pueblo

El magistrado bolivariano actual no manda sobre un pueblo que simplemente obedece.

Transfiriendo el poder no lo acostumbra a obedecer. Lo acostumbra a mandar.

La correcta crítica de Bolívar a la forma de la tiranía no es aplicable al proyecto de redistribución del poder de la Revolución Bolivariana y a la construcción del Socialismo del siglo XXI.

El segundo texto requiere menos comentarios, pues es positivamente favorable a la reelección continua y muy seguramente no será sacado a la luz por la reacción antibolivariana.

Fue escrito en 1828, cuando Bolívar todavía gobernaba la gran República de Colombia. Es del maestro Simón Rodríguez, quien con su estilo parabólico y didáctico compara la “ronda del poder” con un baile popular de la época. Al final del baile, los participantes gritan “¡barato!”, para pedir que el bailarín continúe. “Barato”, en acepción antigua, quería decir “abundancia”.

Apenas empieza un hombre a conocer los negocios públicos, cuando lo despiden, constitucionalmente o porque conviene, de miedo de que se apodere del mando. Esta precaución ha sido el considerando de una Ley (común a todas las nuevas Repúblicas) que prohíbe la reelección por segunda vez.

¿No indica, semejante Ley, más bien manejo que celo? Parece que los legisladores tuvieron presente la etiqueta de los bailecitos del país (estos bailecitos son, con cortas diferencias, los mismos en todas las secciones de la América Española), parece que, deseando divertirse como otro cualquiera dijeron:

«Basta con dos veces…

que él nomás no es gente»

Pero podrían haberse acordado también que cuando, en los mismos bailecitos, lo hace bien el que baila, los espectadores gritan…

Otra! Otra! Otra!

Y a veces gritan hasta que el bailador se cansa, y piden barato para que se repita.

[SIMÓN RODRÍGUEZ, Sociedades americanas en 1828 – Pródromo]

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