viernes, 14 de marzo de 2008

Economía de EEUU pierde el título de "la más grande el mundo" a manos de la zona euro


La economía estadounidense perdió esta semana el título de "la más grande el mundo" a manos de la zona euro, debido a la brusca caída del dólar en el mercado de divisas, señaló el viernes un informe.

Tomando el Producto Interno Bruto del 2007 de ambas economías, la combinación del PIB de los 15 países que utilizan el euro sobrepasó a Estados Unidos, luego de que la moneda europea subió rápidamente a un máximo histórico de más de 1,56 dólares por euro.

"El resultado más curioso de romper con este último hito ha sido que el tamaño de la producción anual de la zona euro ahora excede al de Estados Unidos," expresaron economistas de Goldman Sachs en un artículo a sus clientes.

Tomando las estimaciones oficiales del PIB del 2007 -13,843 billones de dólares en Estados Unidos y 8,847 billones de euros para la zona euro-, la economía del último bloque ha sobrepasado a Estados Unidos si se las mide en dólares, luego de que el euro superara los 1,56 dólares.

El dólar bajó a 1,5688 unidades por euro en las últimas horas de los mercados europeos el viernes. A esa tasa, el PIB de la zona euro equivale a 13,880 billones de dólares. Reuters.

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Fuente: http://www.bancaynegocios.com/noticia_det.asp?id=9486

jueves, 13 de marzo de 2008

No link between Saddam and Al-Qaeda: Pentagon study


A detailed Pentagon study confirms there was no direct link between late Iraqi leader Saddam Hussein and the Al-Qaeda network, debunking a claim President George W. Bush's administration used to justify invading Iraq.

Coming five years after the start of the war in Iraq, the study of 600,000 official Iraqi documents and thousands of hours of interrogations of former Saddam Hussein colleagues "found no smoking gun (i.e. direct connection) between Saddam's Iraq and Al-Qaeda," said the study, quoted in US media Thursday.

The US administration appeared to bury the release of the study, making it available only at individual request and by mail -- instead of posting it on the Internet or handing it out to reporters.

A Pentagon spokesman on Thursday said they did not know why the Joint Forces Command was not posting the report online, but denied that it was an attempt to limit its distribution.

"We don't have a reason to do so. I think when you see the report it will show a Nazi-esque cataloque of Saddam's ties to terror, both within his own country and elsewhere in the Middle East," said Pentagon press secretary Geoff Morrell.

Previous reports by the blue-ribbon September 11 commission and the Pentagon's inspector general in 2007 reached the same conclusion that there were no ties between Saddam and Al-Qaeda but none had access to as much information.

"The Iraqi Perspective Project review of captured Iraqi documents uncovered strong evidence that links the regime of Saddam Hussein to regional and global terrorism," said a summary of the Pentagon study to which ABC News provided a link on its website Wednesday.

"State terrorism became a routine tool of State power" but "the predominant target of Iraqi state terror operations were Iraqi citizens," the summary said.

ABC reported the study initially was to be posted on the US military's website accompanied by a background briefing with the study's authors. But the Pentagon scrapped those plans and took the unusual step of offering only to send the report by mail to those who asked for it.

Bush, Vice President Dick Cheney and top aides have insisted there were links between Saddam and Al-Qaeda, citing the alleged ties as a rationale for going to war in Iraq.

"The reason I keep insisting that there was a relationship between Iraq and Saddam and Al-Qaeda is because there was a relationship between Iraq and Al-Qaeda," Bush told reporters in June 2004.

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Fuente:
http://news.yahoo.com/s/afp/20080313/wl_mideast_afp/usattacksiraqqaedamilitary

martes, 11 de marzo de 2008

Algo pasó


Por Santiago O'Donnell

Algo pasó en la cumbre de Río, eso está claro. Empezó casi como un hecho fortuito, con una cumbre pactada desde hace muchísimo tiempo, a la cual sólo cuatro de los veinte jefes de Estado de países miembro tenían confirmada su presencia antes de que estallara la crisis. Pero ocurrió justo después de la reunión del Consejo de Seguridad de la OEA, y antes de la reunión especial de cancilleres programada para el 17 de marzo, esa que ahora pierde importancia y quizá ni se haga.

Porque lo que pasó no es menor. En siete horas de cumbre se distendió el clima de preguerra, ese clima en el que cualquier cosa puede pasar. Había empezado con broncas e insultos, igual que la reunión de la OEA, pero el intercambio cara a cara funcionó y en las dos instancias se alcanzaron acuerdos impensados. En la OEA, primero se dijeron de todo en la reunión grande delante de las cámaras, después pasaron a una reunión intermedia con embajadores, colaboradores y nadie más, donde bajó notablemente el tono de la disputa, y finalmente los delegados de Colombia, Ecuador, la OEA, Brasil y un par de mediadores más se encerraron en un cuarto y martillaron un compromiso. Colombia evitó ser sancionado, pero para satisfacer a Ecuador tuvo que admitir que había violado territorio ecuatoriano. A cambio de ese reconocimiento Colombia también negoció que la frase "violación de territorio ecuatoriano" no se adjetive en la declaración final. Fue un enorme primer paso.

En Santo Domingo la cosa empezó con una agarrada entre Uribe y Correa, y terminó con Uribe pidiendo disculpas a Ecuador y retirando su demanda contra Venezuela en el Tribunal de La Haya, con Chávez pronunciando su discurso más moderado en mucho tiempo, con Correa dando por terminado el conflicto con Colombia y con Daniel Ortega anunciando el reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Nicaragua y Colombia. Bingo, cartón lleno.

La otra buena noticia que salió de todo esto es que ahora hay una agenda de paz que compromete a todos los líderes de la región. El primer punto de esa agenda es la liberación de los rehenes en poder de las FARC. Las bajas militares de dos líderes del secretariado de esa organización guerrillera no facilita las cosas, ya de por sí complicadas. Uribe ha nombrado como mediadora a la Iglesia Católica, pero las FARC no quieren saber nada con la Iglesia. Las FARC quieren a Chávez, pero Uribe no quiere saber nada con Chávez. Además hay dos mediadores del gobierno francés metidos en la selva y que Uribe reconoce como interlocutores válidos, pero esos dos mediadores negociaban con Raúl Reyes, y ahora Reyes está muerto.

La otra novedad de Santo Domingo fue el apoyo que el presidente mexicano Felipe Calderón le dio a una idea que presentó Ortega, la de ampliar el Grupo de Río para convertirlo en una Organización de Estados Latinoamericanos. O sea, reemplazar a la OEA actual por una OEA con Cuba y sin los Estados Unidos. Es una idea que viene dando vueltas en la Casa Rosada y el Palacio de Miraflores desde hace más de un año. Lo significativo es que la haya recogido el presidente mexicano, que es un derechista del PAN y que representa al país más cercano en todo sentido a los Estados Unidos. "La cancillería mexicana es conservadora, y, como la brasileña, no suele hacer propuestas diplomáticas si no está dispuesta a seguirlas hasta que se concreten. Hay que seguir el tema con atención", dijo un negociador involucrado en el tema de los rehenes.

Claro que reemplazar a la OEA no va a ser fácil. Se trata de una gigantesca estructura burocrática que funciona en gran parte gracias al financiamiento que recibe de Estados Unidos, que ha movilizado a miles de observadores electorales en los últimos años, que actualmente media en cuatro o cinco conflictos en la región, y que mantiene bajo su órbita a una corte internacional para juzgar violaciones a los derechos humanos.

Habrá que ver cómo sigue la cuestión. Lo importante es que de un clima prebélico se pasó a los primeros esbozos de una agenda política que acompañe la agenda económica de integración regional. Y todo en clave de telenovela, con transmisión en vivo para todo el mundo, gentileza de la CNN.
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Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-100385-2008-03-09.html

Poner límites

Página 12
Domingo, 09 de Marzo de 2008

Una semana sin precedentes. La OEA, rediviva. Visibilidad y decisión política en el Grupo Río. La lógica de Brasil y de Argentina. El dilema de Caracas. Palabras, silencios y decisiones referidos a Estados Unidos. Pinceladas sobre oradores y discursos.

Por Mario Wainfeld
Imagen: AFP

"Imagine que hubiera estallado un conflicto así en Africa o en Medio Oriente. ¿Usted cree que hubiera sido factible encauzarlo en una semana, reunir a los presidentes cara a cara, rodeados por otros colegas?" Página/12 escucha a diplomáticos de los países más importantes de la región, todos están conformes y, en buena medida, sorprendidos. Lo que sucedió, empero, no es fruto del azar, ni aun de la (estimable) muñeca del anfitrión y moderador del encuentro de Santo Domingo, el presidente dominicano Leonel Fernández. Es producto de circunstancias históricas únicas, que conjuran una etapa de crecimiento económico con la emergencia de un conjunto de países sudamericanos gobernados por fuerzas progresistas, centroizquierdistas o populistas. Ese conjunto –muy especialmente y en ese orden de peso Brasil, Argentina y Chile– fue decisivo para que en un plazo record se reparara lo que era reparable y se abortara cualquier escalada.

Hasta la Organización de Estados Americanos (OEA), cuerpo desprestigiado y desvencijado como pocos, superó toda marca predecible y plasmó una declaración cuestionando el bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano. El encuentro del Grupo Río, instancia más potente merced a la presencia de presidentes (y la ausencia del Tío Sam), sirvió para redondear una semana memorable. Se forzó al colombiano Alvaro Uribe a disculparse y se le dio cobertura política y simbólica al ecuatoriano Rafael Correa para que actuara con dignidad lo que debía hacer: dar por cerrado el entredicho.

La política internacional es una arena donde priman el poder desnudo y el cinismo. Los grandes mandan, desde el comienzo de los tiempos, y los discursos usualmente encubren mal las relaciones de fuerza, si es que se toman la molestia. Esa tendencia no ha cesado en este continente y en este siglo. Pero un cúmulo de circunstancias la amortigua en parte, lo que debe ser bienvenido. Nada pone fin a una divergencia compleja, pero se la encapsuló, se bajó la temperatura, se explicitó el rechazo de los países de América del Sur a todo conato bélico y a la intervención de Estados Unidos.

Para mejor, con un cónclave de muchas horas, trasmitido en vivo por varias cadenas televisivas de noticias. Pocos lo habrán visto de cabo a rabo (aunque fue atrapante, pleno de suspenso y con divos que se las traen), pero millones se habrán informado a través de compactos. Ver a los líderes políticos surgidos del voto discutir cara a cara, argumentar, enfadarse, negociar es un ejercicio democrático de pálpito. La técnica y las comunicaciones producen, eventualmente, consecuencias tan virtuosas como inéditas.

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Adónde queda Colombia: El mapa político de América latina es mucho menos homogéneo que el de Sudamérica, que tampoco lo es del todo. La influencia norteamericana, reformateada en el Nafta, siempre se propagó por Centroamérica. Esa es la regla, que admite excepciones parciales o transitorias. La coyuntura permite que algunos ensayistas digan que Colombia prolonga Centroamérica o, si se prefiere, esa área de influencia. Uribe es el niño mimado de Estados Unidos, a quien prodiga pruebas de amor. Colombia fue el único país sudamericano mencionado por George Bush en su discurso sobre el estado de la Unión: pidió la aprobación del respectivo Tratado de libre comercio. Hillary Clinton y Barack Obama no menean ese tópico en campaña (los votantes norteamericanos son refractarios a los TLC, pues malician que les resta fuentes de trabajo en su tierra) pero, fieles a tradiciones raigales, corrieron veloces en apoyo al agresor y violador de la ley internacional.

Miles de millones de dólares se vuelcan en Colombia, diz que para combatir guerrilla y narco. Miles de millones de razones nutren una bella amistad que Uribe compensa con una gestualidad pro yanqui muy discordante en su vecindario.

No es posible determinar cuánto pesó en la decisión de Uribe la lógica de su política doméstica, en especial su lucha contra la FARC (que incluye minar la ayuda humanitaria y demostrarle a su sponsor que la ayuda militar no cae en saco roto) y cuánto el afán de meter bala en medio del trabajoso trámite de la integración regional. Es menos dudoso tabular qué impactó en ambos tableros.

Y, queda dicho, recibió una respuesta cuya celeridad y magnitud no tienen precedentes.

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Los días después: Las bombas fueron sucedidas por sobreactuaciones y bravatas. Correa, mandatario del país invadido, se mantuvo atinado. Viajó veloz a Brasil y Perú, o sea, a dos países limítrofes con Ecuador y Colombia, uno de los cuales es el líder regional. Fue buenamente acogido por Alan García, que no es su afín ideológico, lo que da una traza de los riesgos que se habían desatado. Lula se ocupó y se preocupó por Ecuador. Al fin y al cabo la guerra entre Perú y Ecuador de 1995 estalló tras una chispa no especialmente más grande que ésta. En ese caso hubo mes y medio de refriegas y muertes, tardándose cuatro años en concluir un tratado de paz en suelo brasileño. Las comparaciones ayudan para evaluar cuánto se hizo y cuánto se impidió.

Brasil conoce en carne propia la excitación expansiva de Colombia. Bajo el mandato de Fernando Henrique Cardoso tropas colombianas entraron sin permiso en territorio verde-amarillo. Las tropas de la FARC que querían atacar estaban en suelo colombiano, pero una base brasileña les daba mejor posición táctica. En ese caso, honrando al tamaño relativo, bastó un ultimátum brasileño. El asesinato de Reyes fue un hecho consumado perpetrado en un estado mucho menos militarizado. Observadores de terceros países, consultados por este diario, creen que Correa fue bastante sincero al narrar cuántos esfuerzos hace para evitar la presencia de la FARC. Añaden un detalle que el gobernante de Ecuador jamás podría sincerar, aunque es imaginable: sus fuerzas armadas no tienen capacidad para enfrentar el potencial bélico de las FARC.

Lula contuvo a Correa y, tanto como su canciller Celso Amorim, se mantuvo en teléfono rojo con él. Un excalibur que cruzara llamadas entre presidentes en estos días seguramente habría saltado por los aires.

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Resurrección en Washington: La OEA es un organismo poco erotizante, muy erosionado desde la exclusión de Cuba. Un ámbito muy limitado para decidir, por la dispersión de sus componentes y por la incidencia norteamericana.

La esfera de influencia del Nafta arrastra muchos votos, hay 13 países angloparlantes habituados a pegarse como lapa a lo que decida Washington, sólo Jamaica desentona a veces. Un rechazo a Colombia por votación era imposible, por consenso ya era una minihazaña.

Hay en OEA políticos de buen nivel, su presidente José Miguel Insulza (sin ir más lejos) es una figura destacada de la Concertación chilena. Era precandidato a presidente y se retiró para ceder paso a Michelle Bachelet, ahora cavila si hace lo mismo ante Ricardo Lagos o si lo enfrentará. Pero la relativa calidad de algunos integrantes no sana la flaqueza de la OEA: en una política tan personalizada, un cónclave sin cancilleres ni presidentes es débil.

La decisión que se tomó, precocinada en los pasillos y en celulares VIP, es una prueba de la coordinación de los principales países de Sudamérica.

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Lula, Cristina, Bachelet: El presidente brasileño no viajó a la República Dominicana. Era lo previsto pero las circunstancias podían ameritar un cambio. La explicación oficial fue que tenía pautadas actividades políticas locales muy exigentes en Río de Janeiro. Desconfiados de otras nacionalidades husmean que había alguna cuestión de protagonismo, en especial respecto del presidente de México, a quien se designaría secretario pro tempore del Grupo Río. Amorim lo suplió con verba pausada, diríase de taquito. Pero, más vale, no era lo mismo.

La presidenta Bachelet, en cambio, revisó sus planes tras el estallido y estuvo presente.

Cristina Fernández de Kirchner arrancaba de un brete, tenía pautada desde antes una escala en Venezuela. Hugo Chávez había reaccionado histriónicamente, dando órdenes por TV a sus generales. Avivó mucho el fuego, ganó una centralidad que le cabía a Correa. La Cancillería argentina e Itamaraty no se fascinaban con la sobreactuación del bolivariano. Pensaron que era mejor aminorar la tensión. Los argentinos llamamos a eso "poner paños fríos", parece que en Brasil se dice "poner trapos calientes", las palabras difieren pero la idea es la misma: atemperar.

El punto de mantener o suspender el viaje a Caracas cobró mucho volumen. Apearse contenía un desaire, amén de un "achique" a reclamos de terceros sectores, algo que el Gobierno suele rechazar. Visitar a Chávez exponía a la Presidenta a quedar "pegada" con su desmesura.

En tres meses de mandato, Cristina padeció vaivenes varios en materia internacional, algo que se presuponía una de sus áreas de acción distintivas. El affaire Antonini Wilson es un legado del gobierno anterior pero el lastre le revivió casi al unísono con su jura. Idas y venidas con el presidente de Guinea Occidental no le hicieron ningún favor.

Una crisis severa fue su primer round en serio, la escala en Venezuela le agregaba un plus de dificultad.

Argentina actúa en línea con Brasil pero sus presidentes tienen una mayor afinidad empática con Chávez, amén del intercambio económico, el más alto de la historia por paliza y demolición.

La Presidenta optó por lo que marca el ADN kirchnerista, doblar la apuesta en su estilo, haciéndose cargo del costo simbólico de quedar pegados. A los Kirchner los incordia que les impongan la agenda, prevención lógica que eventualmente convierten en capricho o sobreactuación. No todos sus colaboradores cercanos comparten esa gestualidad, casi ninguno se atreve a hacer comentarios.

Lo cierto es que ocurrió algo que también suele ocurrir y que fuerza a matizar conclusiones. La cercanía con la mandataria argentina domesticó la retórica de Chávez. El presidente venezolano anticipó lo que haría luego en Dominicana. En la Rosada y en el Palacio San Martín interpretan que la mutación se debió a la influencia directa de la Presidenta. Colegas aliados de otras latitudes creen que se hubiera obtenido un resultado similar preservándose, manteniendo más distancia.

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Santo Domingo: Ningún lector de este diario tendrá una valoración idéntica de todos los que polemizaron anteayer en Santo Domingo. Este cronista tampoco, pero es del caso señalar la calidad de los discursos, la destreza de los protagonistas para manejarse con la transmisión televisiva, la claridad oratoria. Y, aunque nunca se puede creer que hubo pura franqueza, sí hubo posturas nítidas y enorme dureza. La visibilidad y la argumentación son dos elementos sustanciales de la democracia, ambos se pusieron en acto.

Claro que una fracción grande de lo que se dice apunta a las plateas domésticas. Uribe remarcó varias veces su condición de "combatiente" que tanto le sostiene la legitimidad. Chávez y Evo Morales dedicaron buen tiempo a describir a sus opositores golpistas.

Esas estribaciones no le restan dimensión al debate, más bien revelan la entidad que se le atribuye.

Uribe roba cámara con facilidad, habla hasta por los codos, interrumpe. Deriva del macartismo a la sonrisa con velocidad de rayo. Es rápido y energético. Saltó como un resorte para ir a darle la mano a Correa, disimulando con su entusiasmo que estaba pidiendo disculpas. Cristina Fernández de Kirchner le tiró la mano cuando fue a saludarla, en medio de los aplausos que subrayaban el cierre obtenido: el colombiano, sin inmutarse, se rebuscó para besarla en la mejilla.

Correa se mantuvo firme y trasuntó bien su indignación y su desconfianza, casi sin perder la línea.

Chávez dio un curso de oratoria aplicado a templar el ambiente, supuestamente algo ajeno a su destreza. El despliegue realizado al efecto fue notable. Arrancó hablando generalidades, para distender al auditorio. La emprendió con una ristra de anécdotas que parecían no ir a ningún lado. Hizo reír a varios de sus pares. A Cristina cuando le recordó que le había mandado a "Néstor" a Villavicencio y evocó cuánto sudó Kirchner, "él, un pingüino de las tierras del hielo". Al presidente de Guatemala cuando lo interpeló "¿tú has sido guerrillero o algo así?", A Evo Morales cuando le recordó la existencia de Quispe, "uno que era más radical que tú". Las puntadas tenían nudo, defendía el canje humanitario, la politización de los insurgentes, cuestionaba la paranoia americana.

Enhebró el discurso merituando el valor de quienes piden disculpas. Y, tras haber avivado vientos de fronda, tildó, con plena sensatez, de "hecatombe" y de "catástrofe" cualquier hipótesis de guerra regional.

Fue también Chávez quien enfatizó la implicación de Estados Unidos en el conflicto. Morales lo ratificó oponiendo a la proliferación de palabras de Uribe sobre terroristas y narcos, una síntesis llamativa sobre el uso de vocativos: "en Estados Unidos nos llamaban rojos, después nos dijeron cocaleros y, a partir del 11 de septiembre, nos dicen terroristas".

Cristina Fernández se había pronunciado a su guisa, con un discurso elaborado y con precisión jurídica, apuntando a la megapotencia sin nombrarla. Su crítica al unilateralismo y su moción por el multilateralismo aludía a Uribe pero hacía centro en Wa-shington, sin mentarlo.

Amorim y Bachelet hicieron núcleo en la necesidad de la paz y en el consenso de todos los países contra la violencia.

El final fue un parate al mejor alfil de Estados Unidos en la región, a la rara avis de la etapa que quiso patear el tablero.

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Cooperarnos: Las perspectivas de integración regional son, seguramente, las mejores de la historia compartida. Eso no equivale al éxito ni disminuye desafíos y peligros. La sintonía política de varios gobiernos sudamericanos, la reversión de los términos del intercambio, la paz y la atonía de Estados Unidos suman para la mejor perspectiva. Pero queda mucho pendiente, la institucionalidad es por demás precaria, la saga de esta semana lo prueba: la OEA es un ámbito oxidado, el grupo Río deriva del Contadora, urdido en aras de desmilitarizar Centroamérica y trajinar la crisis de la deuda externa. Por otros lados navegan el Mercosur, el ALBA, la Unión Sudamericana. La proliferación no prueba calidad, al contrario.

Los intereses comerciales compartidos no se bastan para destrabar antagonismos paridos en otros tiempos. La historia y la geografía dejan su huella, no sencilla de borrar. Los choques entre países limítrofes, propios del siglo XIX o de la Guerra Fría, no quedan superados. El viernes el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su colega colombiano hablaron lo suyo de uno que los enfrenta, que tramita en el tribunal de La Haya, y acercaron posiciones. El dato estimula pero no disuelve la situación de fondo.

La Argentina es, en ese rubro, un ejemplo ilustrativo. En rara sintonía sucesivos presidentes democráticos desmontaron muchas cuitas con los países vecinos: Perón, Alfonsín y Carlos Menem especialmente. Lo hicieron contrariando visiones de halcones o expansionistas criollos, en varios casos al costo (bajo, pero costo al fin) de hacer concesiones territoriales. Esa sagaz política no alcanzó para evitar el doloroso contencioso del río Uruguay, un entripado vinculado a la cuestión ecológica, propia de las últimas décadas.

Los intereses no terminan de conjugarse, los presidentes afrontan menudos batifondos puertas adentro, sometidos a la continua exigencia de revalidarse. Desbaratar la ecuación pacifista sería un suicidio. Las balas herirían el crecimiento económico, sustento necesario de la legitimidad de gobiernos populares. Los mandatarios así lo entendieron, reaccionando con efectividad, escenificando lo que pasaba. Dos virtudes cardinales de la democracia, tantas veces postergadas.

Uribe logró un solo éxito, que fue ingresar la violencia internacional a la agenda. El daño que causó es irreversible, ese es su único capital. Desde ahí, lo sofrenaron la política conjunta, un pacifismo pragmático, racional, compartido.

Nada es definitivo en política, en la internacional nada es seguro. Pero algo encomiable sucedió en estos días, algo que no se veía tiempo ha.

Hablamos, ya se sabe, de condiciones necesarias pero no suficientes. Algo es. Lo demás es bien cuesta arriba, muy requirente de construcción y destreza. En su verba sencilla, rigurosa y persuasiva, Evo Morales (un emblema de los logros de la libertad democrática) dijo varias veces, como consigna, "tenemos que cooperarnos". Y dijo bien.

La arremetida contra Tascón pone en entredicho a la "derecha endógena"

Simón Rodríguez


Más allá del juicio de valor que merezca la trayectoria del diputado Luis Tascón, el proceso por medio del cual ha sido execrado del bloque parlamentario del PSUV, y prácticamente del partido, dice mucho sobre el carácter del gobierno y merece seria atención.

El 12 de febrero de 2008, el Tascón introdujo una denuncia ante la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional por un presunto sobreprecio en un punto de cuenta presentado al Presidente de la República. De acuerdo con la denuncia, el sobreprecio presentado en el presupuesto para la adquisición de un lote de unidades de transporte llegaba al monto de 6.5 millardos de bolívares (6.5 millones de BsF). El punto de cuenta fue presentado el 17 de marzo de 2007 al Presidente Chávez por el entonces ministro de Infraestructura, José David Cabello. La solicitud fue aprobada por el Presidente y por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional en un crédito adicional. "Sería interesante que investiguemos esto partiendo del principio de una disparidad entre lo que es el precio real establecido de las unidades de transporte para el momento, y lo establecido para el punto de cuenta", declaró Tascón. (http://www.aporrea.org/contraloria/n109067.html)

José David Cabello, el denunciado y recién nombrado superintendente del SENIAT, no ha hecho declaraciones públicas sobre el caso. Su hermano, Diosdado Cabello, respondió a la denuncia diciendo que "la falsa izquierda es nuestro verdadero enemigo", que Tascón es "un instrumento del imperio", y que Bill Gates le habría inyectado "un chip en la sangre" a Tascón. (http://www.aporrea.org/contraloria/n109113.html)

La reacción de la presidenta de la Asamblea Nacional fue igual de absurda, pero de implicaciones mucho más graves, al pedir que se destituyera al presidente de la Comisión de Contraloría, Julio Moreno, por recibir la denuncia de Tascón. También aseguró que Tascón se habría autoexcluido del Partido Socialista Unido de Venezuela al hacer la denuncia, dejando implícita la idea de que un militante de ese partido no puede denunciar hechos de corrupción. (1)
 
El 16 de febrero, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez declararon en VTV que Tascón había sido expulsado del PSUV "de forma unánime por la plenaria del Congreso Fundacional" de ese partido. Diosdado Cabello aclaró que la expulsión se había justificado por la denuncia de Tascón en contra José David Cabello. En defensa de su hermano, dijo que los vehículos objeto de la denuncia no habían sido comprados aún. "¿Cómo va a haber sobreprecio si los vehículos no se han comprado?". (http://www.aporrea.org/actualidad/n109239.html)

Se puede observar que esa torpe defensa no desmerita la denuncia original, pero sí añade una grave irregularidad al expediente. Para establecer si hubo sobreprecio sólo hay que verificar si los precios contenidos en el punto de cuenta se corresponden con los precios reales de los vehículos. Ahora bien, si además de solicitar recursos con un sobreprecio, no se ha efectuado la compra casi un año después, como admite Diosdado Cabello, queda en evidencia otra irregularidad. ¿Por qué no se han ejecutado esas compras? ¿Qué intereses y comisiones bancarias se han originado hasta el día de hoy?

En realidad, Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello mintieron cuando declararon que Tascón había sido expulsado del PSUV por unanimidad, como el propio Rodríguez admitió cinco días después:
 
"Tascón no está expulsado de la organización y sí tendrá su derecho a la defensa, pero sólo cuando los estatutos y los órganos disciplinarios del partido estén constituidos, para lo cual aún restan dos semanas de debate en el Congreso Fundacional."
 
También hubo un reacomodo en cuanto al juicio sobre la acción del diputado, ya el problema no era el contenido de la denuncia sino la forma en que se había realizado:

"Rodríguez cuestionó que Tascón realizara la denuncia ante las cámaras de Globovisión y consideró pertinente tramitarla por sus canales adecuados de diputados" (http://www.aporrea.org/actualidad/n109475.html). (2)

La declaración encierra nuevas falsedades. En efecto, la denuncia se realizó ante la Comisión de Contraloría de la AN, que es un canal regular, pero cuyas sesiones son públicas y cuentan con la presencia de los medios de comunicación privados. Siendo consecuente en tomar decisiones nefastas frente al caso, la directiva de la AN ha girado instrucciones para que no se permita la presencia de los medios en las futuras sesiones de esta Comisión.
 
El 21 de febrero, los diputados del PSUV acordaron por unanimidad suspender a Tascón del bloque parlamentario. Según el jefe del bloque, Mario Isea, la denuncia realizada era una muestra reprochable de iniciativa individual. "Esto tiene que ver con la actuación recurrente (de Tascón), en términos individualistas… (él) tiene una actuación individual que raya en la anarquía".

Aunque la expulsión de Tascón del PSUV nunca fue votada en el congreso del partido, fue el presidente Chávez quien solicitó la medida. Luego de la controversia suscitada por la denuncia de corrupción, el presidente apareció en varias alocuciones públicas al lado de Diosdado Cabello. En el programa La Hojilla del 27 de febrero, el presidente declaró sobre el caso: "Luis Tascón desde hace rato largo que anda con conductas muy extrañas… Yo solicité la expulsión de Luis Tascón del PSUV, porque no podemos nosotros comenzar así, dando demostraciones de tanta indisciplina, irresponsabilidad. ¡Que presente las pruebas! Pero no las presenta, sino que anda disparando contra el que le plazca. (3) Además yo sé por dónde viene Tascón, a él no le gustó para nada el cambio en el SENIAT, entonces viene a atacar a mansalva a un muchacho. Tendrá que demostrármelo con pruebas, pero hasta donde yo conozco a José David Cabello, es un muchacho humilde, trabajador como el que más, calladito, disciplinado. Ahora, sí me lo demuestra, bueno, está bien, que vaya preso."
 

El presidente también se refirió a una llamada que hizo a La Hojilla en otra ocasión, impulsado por unas denuncias que estaba haciendo Tascón en ese momento. Aunque el presidente no recordaba exactamente lo que motivó su llamada, muchos sí lo recordamos. Fue un programa en el que Tascón y Mario Silva criticaban el manejo que se le había dado en VTV al caso de Walter Martínez y su expulsión del canal por denunciar la corrupción gubernamental. La llamada de Chávez tuvo el propósito de llamar a la "disciplina" a Tascón y a Mario Silva, y cortar en seco la línea contestataria que estaba adquiriendo la discusión.
 
En el marco de esta confrontación pública, Tascón señaló a Diosdado Cabello como el jefe de la llamada "derecha endógena". Está claro que Cabello carece del prestigio popular de Chávez, por lo tanto se beneficia de la defensa presidencial ante las denuncias de corrupción en contra de José David Cabello. Lo que hay que preguntarse es por qué el presidente asume de manera tan directa y a fondo la defensa de los hermanos Cabello. En vista del papel desempeñado por el presidente en este caso, y el viraje notorio hacia la derecha que bajo su conducción ha tomado el gobierno luego de la derrota del referéndum constitucional (4), hay que revisar seriamente el concepto de "derecha endógena", o lo que antes se llamó "el chavismo sin Chávez". ¿Está realmente infiltrada y encubierta, casi clandestina, la derecha en el gobierno? ¿Puede estar interesada esa derecha en conspirar en contra de Chávez? Los hechos tornan cada vez más difícil sostener esa idea.

Notas:

1.- El diputado Carlos Escarrá insistió en esta versión:
"La denuncia contra Luis no es por lo que haya denunciado, sino cómo lo hizo y en qué escenario lo hizo… Luis equivocó el escenario de las denuncias, y eso trajo una consecuencia que lamentamos, y vamos a ver en todo caso cómo se puede reorientar y hasta revertir esa situación".
"Dentro del seno del partido es que se pueden hacer las denuncias, acusaciones e investigaciones. Yo lo que considero es que no se debe hacer la denuncia hacia afuera sin las pruebas hacia adentro. Aquí no se trata de no denunciar, de perseguir a quien denuncia, sino se trata de seguir un escenario (sic) para las denuncias". (http://www.aporrea.org/contraloria/n109327.html)
Es digna de reflexión la intención del diputado Escarrá de tratar la corrupción administrativa como un problema partidista, al sugerir que las denuncias no se hagan ante los organismos contralores del Estado sino en "el seno del partido".

2.- El comité disciplinario ad hoc del PSUV, presidido por Diosdado Cabello, ya había anunciado la expulsión de Tascón el 9 de noviembre de 2007, debido a unas declaraciones en las que el diputado consideraba que la posición del ex general Raúl Isaías Baduel en contra de la reforma constitucional había que rebatirla con argumentos propiamente políticos, y no descalificándolo en el plano personal. (http://www.aporrea.org/ideologia/a44308.html).
Luego del debate público suscitado por la expulsión, otro miembro del comité disciplinario, Roberto Hernández, declaró que no había tenido lugar una expulsión, sino una "autoexclusión", una manera ambigua de dar marcha atrás a la medida.

3.- Luis Tascón presentó la copia del punto de cuenta con el presunto sobreprecio ante la Comisión de Contraloría de la AN y la Contraloría General de la República.

4.- Aunque el presidente Chávez anunció luego de la derrota electoral una política de "Tres erres" (Revisión, Rectificación y Reimpulso), las medidas más significativas adoptadas apuntan hacia la derecha: amnistía para los golpistas y saboteadores del 2002 y el 2003, negociación tripartita del salario mínimo con la CTV, el anuncio público de una alianza con la "burguesía nacional", una rotación de ministros que ratificó a los elementos más retrógrados del gobierno (como el ministro del trabajo), la liberación de los precios de los alimentos, entre otras medidas.

domingo, 9 de marzo de 2008

El abrazo de Chávez y Uribe es una derrota moral para los pueblos

Simón Rodríguez Porras

El ejército colombiano bombardea, la madrugada del 1 de marzo de 2008, un campamento en el que estaban durmiendo un grupo de guerrilleros y algunos estudiantes mexicanos. Luego del bombardeo, un grupo de militares y policías entran a rematar a los heridos. Mueren alrededor de veinte guerrilleros, entre ellos, Raúl Reyes, quien formaba parte del secretariado de las FARC, y un grupo de estudiantes mexicanos. El campamento estaba dos kilómetros adentro en territorio ecuatoriano.

En la primera versión de los hechos ofrecida al gobierno de Ecuador, Uribe declaró que hubo un enfrentamiento militar con el grupo guerrillero en la frontera, que este se retiró hacia territorio ecuatoriano y en la persecusión en caliente fue aniquilado. Uribe tenía buenas razones para mentir, pues había ejecutado una masacre en abierta y deliberada violación de la soberanía del Ecuador. Además, con esa versión se ocultaba la fría planificación del asesinato del negociador de las FARC para el canje humanitario, Raúl Reyes.

El canje humanitario viene siendo planteado desde hace varios años por la guerrilla y por sectores de la sociedad civil colombiana, y aunque el gobierno de Uribe nunca se ha mostrado partidario de establecer negociaciones con la guerrilla, pues niega la dimensión política de la guerra en Colombia, el año pasado accedió a autorizar la mediación de la senadora liberal Piedad Córdoba y el presidente Hugo Chávez. Esta apertura hacia la posibilidad del canje ocurrió bajo la presión de las escandalosas revelaciones que surgieron en los procesos judiciales abiertos a varios políticos del entorno más cercano a Uribe por sus estrechos vínculos con el terrorismo paramilitar.

La decisión del gobierno colombiano de asesinar al enlace de las FARC con los gobiernos francés, ecuatoriano, y venezolano, tenía como objetivo directo la interrupción de las conversaciones para la liberación unilateral de varios civiles bajo cautiverio, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. El comandante de la Policía Nacional de Colombia admitió, pocas horas después de la operación militar en el Ecuador, que el gobierno ecuatoriano estaba realizando contactos con Raúl Reyes para la próxima liberación de Ingrid Betancourt y otros civiles en poder de las FARC.

Uribe se ha pronunciado en varias ocasiones por el rescate armado de los rehenes, aún en contra de la protesta de los familiares de esos rehenes. En su delirio fascista, incluso le ha pedido al gobierno francés que impida hablar públicamente a los familiares de Ingrid Betancourt, bajo la acusación de que son "radicales", y "cercanos a las FARC".

Además, el ataque en el Ecuador ocurre a pocos días de una marcha nacional e internacional convocada en contra del paramilitarismo en Colombia, a realizarse el 6 de marzo. Para un gobierno comprometido con los paramilitares, era importante minimizar la trascendencia de una marcha en contra del terrorismo de Estado.

Al Uribe plantear que los familiares de Ingrid Betancourt son "cercanos a las FARC", expresa mucho más que una opinión personal, está delatando una estrategia represiva. Todo el que enfrenta la política de la clase dominante en Colombia es considerado por el Estado como "cercano a las FARC", y por eso es que Colombia tiene una de las poblaciones desplazadas más grandes del mundo, tiene la mayor cantidad de sindicalistas asesinados en el mundo, y a los defensores de los derechos humanos y los periodistas independientes se les persigue bajo la misma fórmula. El método no es original, todos los regímenes fascistas criminalizan y asesinan a la oposición política bajo el cargo de colaboración con el terrorismo.

Más de cincuenta años de guerra civil no se explican con la propaganda del gobierno colombiano, que plantea que los grupos insurgentes son bandas de delincuentes y narcotraficantes que utilizan el terrorismo para asegurar sus negocios. Desde que el Estado colombiano lanzó sus primeras operaciones militares masivas en contra de los campesinos alzados en armas en Marquetalia, se descalificó a los rebeldes como "bandoleros", y otros términos similares. El lenguaje no ha cambiado, y ha servido históricamente para justificar crímenes políticos horribles, como el exterminio del partido Unión Patriótica.

Lo nuevo es la relación directa de Uribe y su gobierno con el narcotráfico y el paramilitarismo. De acuerdo con documentos desclasificados por el gobierno estadounidense, desde los inicios de su carrera política, en la década de los 80, Uribe estuvo estrechamente ligado al Cartel de Medellín, liderizado por Pablo Escobar. Luego, como gobernador de Antioquia, creó la red paramilitar "Convivir". Quienes fundaron junto con Uribe el partido "Colombia Democrática", hoy están privados de su libertad mientras se les juzga por sus vínculos con los grupos paramilitares y con masacres perpetradas por éstos. Los jefes del paramilitarismo han reconocido que lograron coaccionar a la población de zonas rurales bajo su control para que votaran por Uribe en su primera elección presidencial, así como por legisladores de su corriente ultraderechista.

Luego de la violación de la soberanía ecuatoriana por parte de las fuerzas armadas colombianas, hubo una reacción generalizada de repudio en Latinoamérica. Ecuador y Venezuela movilizaron tropas hacia sus fronteras con Colombia, y rompieron relaciones diplomáticas con el régimen fascista de Uribe, medida que fue imitada por Nicaragua. El presidente Chávez dijo que, para su gobierno, una agresión semejante a la sufrida por Ecuador sería motivo de una guerra con Colombia, e incluso amenazó con expropiar algunas empresas colombianas. La respuesta del gobierno uribista fue acusar a los gobiernos de Ecuador y Venezuela de colaborar con las FARC, además de amenazar con demandar a Chávez en La Haya por "financiamiento de genocidas", y rayó en la locura cuando denunció que la guerrilla había adquirido uranio y se había convertido en una amenaza terrorista a nivel planetario. Paradójicamente, fue el gobierno colombiano el demandado en 2005 en La Haya por su responsabilidad en más de dos mil masacres.

Luego de una tímida resolución de la OEA en la que se reconocía la violación de la soberanía ecuatoriana, pero no se condenaba a Colombia, se llevó el tema a la Cumbre del Grupo de Río, el 7 de marzo. De manera increíble, el presidente Chávez, quien días antes había denunciado con justicia a Uribe y su gobierno por paramilitar y narcotraficante, presentó una posición conciliadora frente a un Uribe insolente, que no escatimó oportunidades para lanzar los más desquiciados ataques en contra del gobierno ecuatoriano. El canciller dominicano, el presidente peruano, y otros representantes de los gobiernos derechistas de la región celebraron el rol jugado por Chávez para lograr un acuerdo supuestamente satisfactorio para todas las partes. En realidad la exigencia de una condena al gobierno colombiano por su violación a la soberanía ecuatoriana no fue satisfecha, pues el Grupo de Río se limitó a reconocer el hecho sin emitir condena alguna. La posición conciliadora de Chávez frente a Uribe le permitió al régimen fascista en Colombia saldar su crimen con una disculpa y el compromiso de no volver a violentar la soberanía de sus vecinos, una salida ridícula adornada con sonrisas y aplausos que lesiona la dignidad de los pueblos latinoamericanos. Nicaragua reanudó sus relaciones diplomáticas con Colombia, y un Ecuador aislado aceptó la resolución. Es lamentable que el Estado venezolano haya asumido una posición semejante, existiendo precedentes de violación a la soberanía de Venezuela tan graves como los secuestros de Jaime Ballestas y Rodrigo Granda en la ciudad de Caracas por parte de funcionarios del DAS colombiano.

En un momento estelar en el que quedó al descubierto el absoluto desprecio del gobierno colombiano por la legalidad internacional, y en el cual se hubieran podido tomar medidas de verdadera presión sobre Colombia, Venezuela pudo haber mantenido la suspensión del comercio binacional e invitado a más países de la región a romper relaciones diplomáticas con Colombia y reconocer el carácter beligerante de la insurgencia. De esta manera habría logrado presionar efectivamente al régimen de Uribe, y asomarían nuevas perspectivas para una salida  negociada a la guerra en Colombia, antes de que el imperialismo estadounidense logre su objetivo de internacionalizar el conflicto como una estrategia para profundizar su control militar en la región. Sin embargo, la diplomacia venezolana despreció esta oportunidad histórica y optó por tender al régimen uribista un nuevo puente.

Mientras transcurría este espectáculo deprimente, se anunciaba en las agencias internacionales la entrega de la mano amputada de Iván Ríos. Este integrante del secretariado de las FARC había sido asesinado por supuestos desertores de la guerrilla, convertidos en sicarios para cobrar los cinco millones de dólares que el gobierno colombiano ofrecía por su entrega. Según Reuters, "La Bolsa de Valores de Colombia cerró con un alza de un 2,64%, en una jornada activa, alentada en la última media hora de negocios por el anuncio del Ejército de Colombia de la muerte de un líder de la mayor guerrilla izquierdista del país" (Diario Panorama, 8/3/2008).

El festín de los hipócritas en el Grupo de Río fue bautizado como una victoria de la paz por la prensa internacional. Y Colombia siguió desangrándose.

martes, 4 de marzo de 2008

Cuando fue asesinado, Reyes estaba negociando con enviados franceses


Negociadores franceses fueron avisados horas antes de que no se reunieran con Reyes en las próximas horas. Uribe había dado garantías para que tratara la liberación de los rehenes. Sólo Washington respaldó al presidente colombiano.
Por Luis Bruschtein
 
El gobierno colombiano primero pidió excusas y luego acusó a Venezuela y Ecuador de connivencia con la guerrilla.

En un aumento vertiginoso de la tensión por la crisis desatada tras la invasión de militares colombianos a territorio ecuatoriano, Ecuador rompió relaciones con su vecino y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, convocó a una reunión especial para hoy del Consejo Permanente. Entre anuncios de movilización de tropas venezolanas y ecuatorianas a la frontera con Colombia, el gobierno de este país dijo que no movilizará sus fuerzas –que de todas maneras ya están desplegadas en todo su territorio–, pero lanzó un duro ataque a los presidentes de Venezuela y Ecuador por "connivencia" con la guerrilla de las FARC. Al presidente colombiano, Alvaro Uribe, le llovió una andanada de críticas de los gobiernos de todo el mundo por haber violado la soberanía territorial ecuatoriana al mismo tiempo que hacían un llamado a la "cordura" y el diálogo. Entre las críticas, una de las más fuertes provino del gobierno de Francia que, en boca del ministro de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, lamentó la muerte del jefe guerrillero Raúl Reyes, segundo de las FARC, y reveló que desde hace varios meses estaban negociando con él la liberación de Ingrid Betancourt.

La fuerte reacción de Francia, cuyo gobierno expresó abiertamente su malestar con Uribe, puso en evidencia algunos aspectos del contexto en el que se dio el sábado la operación militar en la zona ecuatoriana de Santa Rosa, a dos kilómetros de la frontera con Colombia, donde helicópteros artillados prácticamente redujeron a polvo un campamento de la FARC, dando muerte a 20 guerrilleros, entre los que se encontraba Raúl Reyes.

De manera silenciosa, aunque en total acuerdo con Uribe, el presidente Sarkozy tenía tres enviados personales en Colombia, desde el mes de octubre pasado, en una trabajosa negociación con Reyes para obtener la liberación de la franco-colombiana y ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. Los tres negociadores franceses estaban instalados en la zona cercana a donde se produjo el ataque. El mes pasado, otro enviado personal de Sarkozy había mantenido una reunión con el Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, que forma parte del gobierno de Uribe. Al parecer, el sábado, los tres negociadores se encontraban a 200 kilómetros de la zona del ataque y se dirigían a una reunión con Reyes cuando recibieron un llamado de Restrepo. El Comisionado para la Paz les advirtió que en las próximas horas no se acercaran al punto de encuentro.

En Francia suponen la existencia de una línea negociadora y otra dura en el gobierno de Uribe. Restrepo encarnaría el ala negociadora y los sectores relacionados con las fuerzas armadas y de seguridad encarnarían el ala dura, que habría pesado finalmente para decidir el ataque. Más allá de los análisis políticos, los franceses no pueden ocultan su indignación porque Uribe estaba al tanto de la negociación y les había ofrecido garantías de que no actuaría militarmente mientras ésta se llevara a cabo. Para Francia, la muerte de Reyes en el contexto de la negociación, implica un obstáculo muy difícil de sortear en el mediano plazo y responsabiliza directamente a Uribe por esta situación.

Con mayor o menor énfasis todas las expresiones internaciones fueron de repudio a la intervención militar ordenada por Uribe. La gama de posiciones fueron desde la dureza del presidente venezolano Hugo Chávez, que lo acusó de "asesino" y "mafioso", hasta las del mandatario del Perú, Alan García, quien llamó al diálogo pero aclaró que no podía menos que criticar la violación de la soberanía territorial ecuatoriana. El único respaldo franco en el foro mundial provino del gobierno norteamericano. Primero fue el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad Gordon Johndroe, quien expresó su sopresa "por la reacción extraña del presidente Chávez". Y más tarde, una declaración oficial del departamento de Estado que decía: "Apoyamos al gobierno de Colombia en su combate contra organizaciones terroristas que amenazan la estabilidad y la democracia".

El respaldo de la administración norteamericana, que ayer fue una mosca blanca entre las reacciones mundiales, se entendió mejor cuando poco después el director nacional de la policía colombiana, general Oscar Naranjo, reveló en una conferencia de prensa, que la localización de Reyes se logró por información proporcionada por la CIA. Según Naranjo, la agencia norteamericana había detectado un teléfono celular que Reyes usaba esporádicamente. El jefe policial subrayó que la información fue entregada a las fuerzas colombianas unos diez días antes del sábado. Confirmaba de esa manera que la operación llevaba varios días de preparación, mientras se desarrollaba, incluso, la negociación de los franceses con las FARC y no se trató de una reacción defensiva como argumentó el gobierno colombiano en un primer momento.

En ese mar de contradicciones, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, expresaba su sorpresa por las reacciones "cambiantes" de Correa. Relató que el sábado Uribe le explicó a Correa lo sucedido y que el mandatario ecuatoriano había reaccionado en forma tranquila, pidiéndole solamente, que se excusara. "Pero el domingo, tras las declaraciones del presidente Chávez, Correa cambió." El sábado, Uribe le había dicho a Correa que había sido una reacción defensiva y que sus soldados se habían internado involuntariamente en territorio ecuatoriano, persiguiendo a los guerrilleros que los habían atacado. El domingo, Correa se enteró que los guerrilleros estaban durmiendo cuando su campamento fue bombardeado y tras las breves consultas con otros gobiernos llegó a la conclusión de que el ataque estaba siendo planificado desde mucho antes. Uribe había mentido y le había ocultado durante todo ese tiempo que preparaba una incursión en territorio de Ecuador. A la furia de Correa por la violación territorial se le sumó el engaño del mandatario vecino.

En poco más de una hora, el gobierno colombiano viró su posición y de excusarse pasó a un feroz ataque contra Correa y Chávez, acusándolos de "connivencia" con la guerrilla. El general Naranjo presentó a los periodistas un archivo de la memoria de una de las tres computadoras que se le encontraron a Reyes. Primero se refirió a un correo electrónico enviado por Reyes al secretariado de las FARC –el cual integraba– donde daba cuenta de una reunión con el ministro de Seguridad ecuatoriano, Gustavo Larrea en la que se había tratado la situación de los rehenes así como detalles de la negociación que llevaban adelante las FARC.

Tras leer párrafos del documento, Naranjo insistió en que Quito debía responder a Colombia y ante el mundo sobre "cual es el estado de la relación del gobierno ecuatoriano con un grupo terrorista como las FARC, por qué razón se produjeron entrevistas y contactos personales con alias Raúl Reyes en territorio ecuatoriano o colombiano". Luego fue Santos, el ministro de Defensa, quien acusó directamente al gobierno ecuatoriano de connivencia con la guerrilla. Desde Ecuador, Larrea reconoció que se había reunido en enero con Reyes, "fuera de Ecuador y de Colombia" y que se habló exclusivamente de la liberación de los rehenes "como parte de un esfuerzo que también estaban realizando otros países". Tras la acusación de Santos, Correa decidió romper relaciones diplomáticas, solicitar el apoyo internacional y envió 3600 soldados a la zona fronteriza.

En Bogotá, Santos y Naranjo siguieron sacándole jugo a las computadoras de Reyes. Denunciaron que otro mensaje demostraba que Chávez había donado 300 millones de dólares a la guerrilla colombiana. Y finalmente indicaron que en otro archivo, Reyes daba cuenta que la guerrilla había comprado 50 kilogramos de material nuclear para desarrollar armas sucias.

Entre tanto, las cancillerías sudamericanas desarrollaban una actividad febril. El presidente Lula da Silva de Brasil y la presidenta Cristina Kirchner hablaron cada uno por su lado con Uribe y Correa. Los dos gobiernos condenaron la violación territorial realizada por Colombia, pero hacían esfuerzos para evitar un escalonamiento de agresiones que pudiera derivar en un enfrentamiento bélico. Correa había solicitado una reunión urgente de la OEA para discutir la crisis pero Estados Unidos trataba de dilatar la convocatoria. Finalmente las cancillerías sudamericanas, sobre todo las de Argentina, Brasil y Chile lograron que Insulza decidiera realizar hoy la reunión. A Colombia le resultará difícil insistir hoy con su denuncia sobre los contactos de Ecuador y Venezuela con la guerrilla, porque muchos de esos gobiernos participaron también en las negociaciones, al igual que franceses, españoles y suizos. Y tampoco tiene respaldo en la región la tesis inspirada por el presidente norteamericano George Bush, de que la guerra contra el terrorismo no tiene fronteras ni leyes. Y además Uribe llegará con malos antecedentes porque también engañó a muchos de los gobiernos que estarán allí.
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Fuente:
http://www.aporrea.org/actualidad/n110170.html